¿Quién tiene la autoridad?
Es decir, quien tiene el reconocimiento, el prestigio, “el peso moral, la capacidad de convocatoria, la posibilidad de llamar a las partes en conflicto y conducir el diálogo para llegar a los acuerdos, las conclusiones, las definiciones que más convienen a todos los integrantes de una organización… generalmente estos adjetivos tiene. Distinto peso específico dependiendo de qué tipo de organización se trata.
El caso son las organizaciones políticas, específicamente los partidos políticos mexicanos, con un enfoque a los procesos electorales del 2018 y en medio del mayor desprestigio social derivado de corrupción, impunidad, colusión con la delincuencia organizada. Desde que Jesús Reyes lidereo la agenda política del país y generó el marco constitucional para que todos los partidos tuvieran la posibilidad de representación en el poder legislativo, tener los célebres legisladores de partido… es decir, los innecesarios legisladores plurinominales con el incremento de 300 a 500 diputados federales y con los recursos provenientes de los impuestos de los mexicanos, vinieron a tener vida pública y presupuesto todos los partidos existentes en el país.
Después de cuarenta años los partidos políticos han logrado hartar a la sociedad y sin embargo la descomposición interna a los partidos, en donde siempre está de por medio el dinero que proviene de los impuestos, de los negocios turbios con contratistas y del saqueo del propio presupuesto todavía dará mucho tema para contar.
Mientas la credibilidad en los partidos políticos está agotada (desde hace algunos años) la pelea por el poder, dentro de los partidos se recrea y se actualiza en formatos de pragmatismo. Hoy no existen plataformas ideológicas, cuerpos de doctrina, principios de partido, filosofía política, (aunque fueran algunas normas de urbanidad)… solo la pelea por el poder, la alineación de los militantes bajo riesgo de que los saquen de la nómina Y LA MEDIOCRE SUMISIÓN de la mayoría de los militantes que encuentran las oportunidades de su vida para ganar dinero rápido, mucho, “legal”. La democracia interna a los partidos no existe, por más que sea la vía de participación de la sociedad para elegir a sus autoridades, hacia dentro de los partidos lo que existe es un desgastante dialogo con el propósito de agotar las posibilidades de los que también quieren su “oportunidad” de ejercer la autoridad y para conseguir los votos de los ciudadanos las prácticas más recurrentes son las de ” comprar voluntades” a base de dádivas a los ciudadanos que se pagan con recursos de los presupuestos de las políticas de gasto social de los gobiernos.
La perversidad y la degradación de la política como gestión de bien común, es decir, del mayor bien a la sociedad de la que se proviene es letra muerta y nada se puede esperar en el proceso electoral que está por venir. Así que nos debería de extrañar y muchas novedades estamos por ver derivadas de los frentes que se han integrado… por ejemplo nos falta ver si se integra un frente con los candidatos independientes…
Por lo pronto si la señora Zavala renuncia al PAN es un tema que está inscrito en los mismos contextos políticos como los que tuvo en su momento la renuncia de AMLO al PRI y después al PRD, la renuncia de Moreno Valle al PRI, para ser candidato al gobierno de Puebla por el PAN, la renuncia del BRONCO al PRI para ser candidato independiente, solo por mencionar algunos casos.
Los presidentes de los partidos han depurado sus prácticas de cinismo y con declaraciones histriónicas van saliendo al paso con sus agendas, ajustándose a los términos legales, especialmente porque les permiten terminar con los asuntos ya que se agotan los tiempos legales.
Hoy se tienen ” grandes electores “: los dirigentes, los líderes de las tribus, los gobernadores que tiene urgencia de cubrirse las espaldas una vez que dejan el poder, de la militancia… no importa la presencia de la militancia, si sirven de algo será para la compra de voluntades, el acarreo de votos y la presión postelectoral, caminamos a un nuevo catálogo de trampas, financiamientos turbios, esperemos que no, una lucha por el poder que pise sobre la dignidad de las personas y ponga en riesgo la vida de algunos actores en el proceso.
Si al menos se contará con alguien de autoridad moral en el proceso… cambiarían los esquemas de participación de la sociedad, animarían a los ciudadanos, le harían un bien al país.
60 años de lucha diaria por informar merecen un cálido reconocimiento; desde esta columna editorial comparto un abrazo sincero para todos los amigos que hacen posible EL HERALDO DE LEÓN.
¡DIOS SIGA BENDICIENDO SU LABOR PERIODISTICA!
Hasta la próxima PROSPECTIVA.
José Gerardo Mosqueda Martínez,
Presidente del Instituto de Administración Pública de Guanajuato
presidente@iapguanajuato.org, gmg@gerardomosqueda.com.mx
gerardomosqueda/ mosquedagerardo