Estimado candidato, cualquiera de los miles que están compitiendo por los más de tres mil cuatrocientos cargos de elección popular en nuestro país. En realidad es una primera cortesía dirigirme como: Estimado candidato porque no estoy seguro que tan estimado es usted, quienes son los que se conducen a usted como persona estimada y que tanto hay de sincero en esa afirmación. Pero quedamos en que era una primera cortesía.
Desde hace algunos años he podido comprobar que los amigos, las estimaciones que hay con una persona que ejerce la responsabilidad de gobernar, de legislar o de administrar la justicia está en proporción directa a la “importancia” del cargo, así que puede ser que los de más alto rango, si es que esto existe, pueden ser “más estimados” sólo como una hipótesis que ante cualquier instrumento de medición de comportamiento social se ve con una fragilidad que no hace falta explicar. Solo recordar los niveles de percepción que tienen en las encuestas los ciudadanos que ejercen las funciones públicas, son las personas de menos credibilidad, de menos aceptación, de menor nivel de confianza, de menor índice de conocimiento y sin embargo contrasta con que es el estimadísimo Señor presidente, diputado, regidor, senador, gobernador y así sucesivamente…. es decir, la desconfianza que inspiran es similar a la que inspiran los delincuentes, las personas de conducta antisocial, los policías que no cumplen con la responsabilidad de cuidar la convivencia armónica en la sociedad,
Como es que si tienen igual fama que los delincuentes, son tratados con afectos. ¿Serán realmente afectos? ¿Serán amigos del “puesto”? Quiere decir, que estamos ante un eventual relevo de afectos y estimaciones, por un lado los que son buscados con “estimación” y por el otro los que ya no son buscados… ni con estimación…
Si es que existe una transición; en el traspaso del poder vendrán euforias y frustraciones … en torno a estos fenómenos que implican las leyes electorales de nuestro país veremos un escenario cada vez más neurótico en los recintos del poder y sus entornos: el publicitado nuevo PRI , el que encabeza el presidente Peña , solo dio muestras de que el ayuno de poder los llevó a condiciones de corrupción que hoy son la primera causa de que los ciudadanos no quieran más PRI en este país y que su candidato que se sigue manejando como honesto no sepa cómo contestar cuando le preguntan: ¿Por qué aceptó ser candidato de un partido corrupto ? Mientras que el gobierno federal insiste en que el corrupto es el candidato del PAN, quien por cierto, sigue sin explicar la operación de la venta de su Nave industrial, pero que carga con la realidad del desprestigio de los gobiernos que provienen de los partidos de su coalición por la misma causa: corrupción.
Mientras que el de MORENA, que también viene de la escuela del PRI, es decir, la escuela de corrupción, sigue provocando toda clase de señalamientos de su incompetencia para gobernar, de sus necedades discursivas, pero las críticas que recibe logran fortalecerlo en la posición de preferencia electoral en la que se encuentra sumado a la estrategia de violentar el proceso desde las redes sociales y desde los enfrentamientos de sus grupos de presión como la cnte, que ya dio su primera muestra de cómo quieren llevar su participación a favor del candidato de MORENA; golpeando a los del PRI.
Sin lograr conectar su mensaje con los jóvenes votantes, el del PAN no cambia la tendencia de las preferencias electorales pero si hace maniobras para que la independiente no le saque votos (especialmente los de los panistas que sirvieron de tapete para las maniobras con las que se agandalló la candidatura) mientras que la INDEPENDIENTE hace campaña de redes sociales, de salón de conferencias, de autobús de lujo, con la “vehemencia “ necesaria para ganar las elecciones presidenciales del 2024, a pesar de ser la única que crece en los porcentajes de simpatizantes a su favor.
Los que se acercan a los recintos del poder hoy no logran entender cómo está el escenario para saber a quién le van a dar el dinero que quieren “aportar “ para las campañas, con el complejo resultado que se deriva del voto confuso que proviene de las coaliciones con las que obtuvieron sus candidaturas.
No hay dinero para darle a todos, tendrán que esperar, pero ya no hay tiempo… tendrán que esperar.
Los grupos de poder político, los grupos de poder económico, los propios partidos como grupos de poder. Tienen más incertidumbre acerca de los resultados del proceso electoral qué hay que esperar… a veces se puede y a veces no se puede.
Hasta la próxima PROSPECTIVA.
José Gerardo Mosqueda Martínez,
Presidente del Instituto de Administración Pública de Guanajuato
presidente@iapguanajuato.org, gmg@gerardomosqueda.com.mx
gerardomosqueda/ mosquedagerardo