El legado del Movimiento del 68, 2 de octubre no se olvida,...

El legado del Movimiento del 68, 2 de octubre no se olvida, tampoco los 43 de Ayotzinapa

0
Compartir

Pronunciamiento político

Guanajuato, Gto.

2 de octubre de 2016Baltasar PRD-SAPICA

El legado del Movimiento del 68

Hace 48 años, un movimiento encabezado por estudiantes, acompañados y respaldados por profesores y luchadores sociales, culminó en una matanza en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, en la ciudad de México, lo que se convirtió en un hecho vergonzoso para la historia de México.

A casi medio siglo de esos hechos, es importante recordar pues persisten condiciones de represión, autoritarismo, por una parte; e inconformidad y movilización social, por la otra. El riesgo de otro estallido violento está latente.

Hoy, como hace casi 50 años, diversos grupos sociales y políticos reclaman la aparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa; la poca disposición para el diálogo y la falta de sensibilidad política de diversos gobiernos han generado airadas protestas estudiantiles que ya desencadenan en actos de violencia y represión. La sociedad se polariza y algunos sectores económicos exigen el uso de la fuerza para atender demandas sociales. Los escenarios y los tiempos han cambiado, sin embargo existen  circunstancias similares.

El movimiento del 68 dejó una lección que muchos de los que ejercen el poder no quieren aprender. Lo que iniciara como un pleito entre adolescentes preparatorianos terminó en acciones de represión, de exigencia, de violencia y persecución política.

La matanza acabó con la movilización, pero no con el movimiento: pasó de ser un momento de demandas inmediatas a un referente histórico de la lucha contra el autoritarismo y por la democracia.

Por eso el casi medio siglo de distancia temporal mantiene vigentes muchas de las demandas y  exigencias.

Varias entidades federativas viven la confrontación de gobiernos versus estudiantes y/o docentes; casi todo el país está envuelto en una ola de homicidios. Unos y otros abonan a la posibilidad de encender un cerrillo que se acerca a la mecha del estallido social.

La lucha de la disidencia magisterial ha generado ya personas fallecidas y, de no llegar a diálogo, acuerdos y consensos, esta situación se puede recurdecer.

Por si algo faltara a lo anterior, grupos de la ultraderecha suman un elemento de polarización con una campaña de odio respecto de un tema cuyo debate ideológico está agotado. Las familias diversas existen, son realidad social por encima de matices ideológicos y jurídicamente tienen el derecho pleno y el Estado tiene la obligación de protegerles.

El asesinato de 5 soldados en Sinaloa y de otro más en Guanajuato alimenta ese riesgo: la sociedad exige respuesta violenta contra los delincuentes. Ante la criminalización que se ha generado hacia los luchadores sociales, la lógica se traslada a una actitud de demanda de represión.

Es la lección principal del ’68: el diálogo y los acuerdos antes de que la violencia aumente. La sangre no debe serla tinta con la que se siga escribiendo la historia de México, un pacto social amplio es urgente y necesario.