El Túnel de la muerte

El Túnel de la muerte

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Es el festival cultural que amenaza con alcanzar niveles inesperados en las tradiciones de Guanajuato. Nace en el primer año de gobierno del actual presidente Alejandro Navarro y en el segundo año de celebrarse, 2019, alcanza un posicionamiento inesperado colocándose entre los mejores del país, por supuesto respetando el lugar glorioso que tienen otros festivales como los de Pátzcuaro en Michoacán, los de la ciudad de México y algunos del Estado de México, entre otras entidades.

La única diferencia es que en aquellos festivales se guardan ritos y cultos fúnebres, en oración, en el valle del silencio, en el descenso al inframundo, y acá en la ciudad de Guanajuato, la muerte  renace año con año para hacer una gran fiesta en las catacumbas de la ciudad.

En Guanajuato, las momias legendarias se salen del panteón para mostrase al mundo en la calle subterránea, con su historia, misterio y morbo al público que las observa.

Hoy pasa de ser ese gran rio, y drenaje natural para desalojar las aguas negras del centro histórico, a un túnel vial, regenerado, rehabilitado, conservado, desinfectado, para además de servir de la principal vialidad en el centro histórico de Guanajuato, a ser sede de lo que está naciendo si se me permite, como aquel evento que tuvo su cuna en la plaza pública de San Roque en 1972, con los entremeses de la obra de Miguel de Cervantes que hoy conocemos como Festival Internacional Cervantino.

47 años de festival y dos del túnel de la muerte. Aquí no es, quien es dueño de la idea, sino quien está interesado en mejorar esa idea para llevar a este festival, como tantos otros hay en la ciudad de Guanajuato hasta el zenit.

Y sabemos quienes están interesados en que este, como otros festivales se conserven y trasciendan, en primer término contamos con un Alcalde inspirado verdaderamente en el manco de Lepanto, se avienta cada batalla contra los molinos de viento, que solo Dios sabe cómo sale bien librado.

No me parecería extraño que con este tipo de ideas, alguna día se contagie al gobernador del Estado, y si el gobierno federal insiste en recortar recursos federales para el Festival Cervantino, el Estado haga valer su calidad de autónomo y organice con sus propios recursos, al igual que lo hizo con la Feria de Hanover, para pasar de las locuras del Quijote a la Mentefactura de nuestros gobernantes, al rescate de lo que a todas luces algunos iluminatis quieren dar muerto, al no anunciar a país y estado invitado para la edición 48 del FIC.

Sépase como se sabe, los muertos que vois matais, gozan de cabal salud. Algún Día el Estado tendrá que ser su organizador autónomo de la fiesta del espíritu.

Los empresarios están listos como lo están demostrando cerrando filas con el municipio y el alcalde ALEJANDRO NAVARRO en la segunda edición del túnel de la muerte y todo el festival de la catrina, la muerte literaria y el tapete de la muerte.

Hasta la próxima opinión en libertad.