León, Guanajuato. 25 de noviembre de 2017. En un estado marcado por la violencia, el luto no es suficiente ante la violencia y el dolor de las pérdidas humanas, motivo por el que rompemos el silencio, como quien se quita el velo de la cara para decirle al gobierno de Márquez Márquez, que ponga un alto a la violencia contra las mujeres. Porque no solo son los feminicidios, la violencia cotidiana, sino que en las mismas instituciones públicas se solapa el comportamiento violento, agresivo, contra las mujeres.
En la Universidad de Guanajuato, el catedrático Julio César Kala, amigo cercano del rector Guerrero Agripino, fue protegido, solapado, luego de haber agredido sexualmente a una becaria. Todo quedó en recomendaciones y la vida arruinada de una mujer que fue victimizada y re victimizada, a ser desestimada en sus denuncias. Un terrible ejemplo de impunidad en una universidad que acumula cerca de 60 denuncias por acoso sexual, que no han procedido correctamente.
En la Secretaría de Turismo, Omar Murillo Núñez, cuando aún era director de Desarrollo Turístico, fue acusado de acosar sexualmente a una empleada. La misma Procuraduría de Derechos Humanos del Estado de Guanajuato (PDHEG), luego de negarse a abrir un expediente de la denuncia, sólo pidió a Fernando Olivera Rocha, Secretario Estatal de Turismo, ofrecer una disculpa institucional a la víctima, mientras el señalado, Omar Murillo, en medio del escándalo recibió casi medio millón de pesos como indemnización al ser separado de su cargo.
De las filas del PRD, Julio César García, regidor en Guanajuato Capital, fue acusado de agredir físicamente a su ex pareja y aún con estar desaforado y juzgado por sus acciones, sigue pidiendo regresar como regidor y hasta buscar la reelección, sin que la dirigencia del PRD lo expulse de sus filas, o tome medidas más severas.
Un 4 de septiembre de 2014, la reportera Karla Silva, en Silao, fue atacada brutalmente en su lugar de trabajo por unos sujetos enviados por el entonces alcalde de la ciudad, Benjamín Solís Arzola, que fue declarado culpable pero con solo pagar 3 mil 507 pesos, salió libre. Es decir, la violencia es solapada arriba, por las autoridades y en consecuencia normalizada abajo, en las calles, en los barrios y comunidades. La violencia contra las mujeres, no es asunto de cuántas mujeres han sido violentadas, sino de cuántos hombres siguen violentando, ante la total pasividad de las autoridades.
Dijo el Procurador de Justicia, Carlos Zamarripa, del que ya solo esperamos su renuncia, que en lo que va del año de 132 mujeres muertas en Guanajuato, solo 19 son tipificados como feminicidios, cuando tan solo en el año 2016, el más violento en la historia de nuestro estado, se registraron 103 feminicidios, uno cada tres días y medio, conforme a lo que han registrado mujeres valientes, como las del Centro Las Libres ¿Le vamos a creer su cifra al Procurador? Claro que no.
Por estas y por tantas otras víctimas anónimas, este 25 de noviembre rompemos el silencio y a nombre de las mujeres guanajuatenses decimos Basta de Violencia Contra las Mujeres. En morena, queremos que Guanajuato pase de ser un estado violento contra las mujeres, a un estado que sirva como Santuario de las Mujeres, donde las madres y sus hijos sean cuidados y respetados por toda la sociedad. Tenemos que lograr un cambio cultural, antes de que más vidas tengamos que lamentar. Antares Vázquez Alatorre Coordinadora Estatal de Organización Morena Guanajuato