Guanajuato, Gto., a 4 de agosto de 2017.- Con una muestra de carteles, participantes en los Clubes de Ciencia 2017 plasmaron lo aprendido durante una serie de actividades diseñadas por instructores de Harvard,Stanford, Boston University, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Universidad de Guanajuato (UG), entre otras prestigiadas instituciones.
Los Clubes de Ciencia son cursos intensivos diseñados e impartidos por investigadores, que incluyen talleres prácticos de inmersión y actividades científicas para estudiantes, con la intención de fomentar vocaciones científicas.
Esta iniciativa surgió en Guanajuato, y actualmente cuenta con otras seis sedes:
Chihuahua, Ensenada, Guanajuato, Monterrey, Mérida, Oaxaca y Xalapa. Además, se ha replicado en otros países, como Bolivia, Perú y Brasil.
Como cada año, la Universidad de Guanajuato (UG) recibió a estudiantes que participaron en un proceso de selección para asistir a cursos en los que aprendieron sobre temas como la influencia de los microorganismos en el sabor de los alimentos, el uso de la luz solar, cómo se diseñan los medicamentos y los fundamentos de la mecánica cuántica, entre otros temas. Todos a través experimentos, demostraciones y la construcción de programas o dispositivos creados por los propios jóvenes.
Un ejemplo de esto, es el trabajo realizado por la profesora Claudia Érika Hernández Morales, de la Escuela de Nivel Medio Superior (ENMS) de Guanajuato, quien junto al profesor Guillermo Caballero Tinajero, de la ENMS Salvatierra, desarrolló el tema osciladores biológicos.
En este proyecto se trabaja con una planta comúnmente denominada sapito, que tiene la particularidad de que de día está totalmente abierta y de noche se cierra. Así tiene un ciclo de 12 a 12, “lo que hicimos fue aplicar temperaturas controladas y ver el comportamiento, como la conductividad eléctrica, y entonces pudimos darnos cuenta que es un oscilador biológico, constantemente está oscilando en su medio natural, cuando lo tuvimos controlado pudimos ver que reacciona a la luz pero sí tiene su ritmo de 12 a 12”, explica la profesora.
Agregó que lo más relevante es que “dejamos que los chicos exploraran, nosotros les dimos lo que pretendíamos hacer y ellos están desarrollando el taller. Han trabajado como equipo, discuten los resultados entre ellos y son muy participativos”. Con ella coincide el profesor Guillermo Caballero, quien sostuvo que el interés y trabajo de los jóvenes sobrepasó sus expectativas.
Uno de los propósitos de los Clubes de Ciencia es crear redes de estudiantes, de México y el extranjero, quienes comparten información y se apoyan en proyectos de interés común. Así, Eduardo Huerta Laguna, alumno de la Benemérita Universidad de Puebla (BUAP), quien trabajó en un proyecto sobre luz solar como fuente de energía limpia, señaló que en ese club hubo 16 participantes de diferentes estados, y se dio una importante colaboración, por lo que ahora espera que este tipo de proyectos se implementen a mayor escala.
En esta ocasión, en Guanajuato se impartieron once cursos, que se imparten de forma gratuita, pues Clubes de Ciencia se ha constituido como una asociación civil sin fines de lucro, y cuenta con el apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, la Secretaría de Energía, la Fundación México en Harvard, y el Massachusetts Institute of Technology, entre otras instituciones educativas.