Los resultados de las elecciones del domingo pasado sorprendieron a los principales actores, es decir, candidatos, dirigentes de los partidos, asesores de los candidatos.. Inclusive algunos estudiosos de los procesos electorales. Por ejemplo el presidente nacional del PRI pronosticaba con cierta euforia que ganarían casi todas las gubernaturas, el del PAN emocionado pregonaba que ganarían tres gubernaturas y no daba los nombres para que no les entrará el sentimiento a los perdedores, el del PRD empezó a limpiar los cajones de su escritorio, aseguraba que dejaba la presidencia de su partido con vergüenza por los resultados que obtendrían.
Una vez más vimos un proceso electoral en las acciones de los partidos y otro proceso en las acciones de los ciudadanos, tan importante por el sentido de sus decisiones, como por el efecto que produjeron en el panorama político nacional, por cierto muy lejano de la imaginación de los políticos de nuestro país, empezando por el presidente de México.
A nadie le salieron las cuentas, conforme avanzó la jornada electoral y especialmente las horas del recuento de los votos, ni ganaba el PRI lo que se imaginó, ni entendió el PAN porque ganaba tantas gubernaturas y el del PRD dejó sus pertenencias en los cajones.
Por más que se esfuercen en “ajustar a realidad a su imaginación” y les cambiaran los semblantes a todos, en promedio la mitad de los ciudadanos decidió “mandar por un tubo” el proceso y no ejerció su derecho de votar, de los que decidieron ir a votar, en las dos últimas semanas, reorientaron su intención de votar un 10% de los ciudadanos de los estados en contienda y le cambiaron los resultados al proceso en el 80% de los casos.
Hay explicaciones. Especialmente tres fenómenos que tienen una historia acumulada y creciente 1. Hartazgo en la sociedad por la demagogia, las mentiras, la incompetencia, la mediocridad, por decir lo menos, de la partidocracia mexicana. Por desgracia tenemos que decir que el país padece de una generación de políticos sin valores, las contiendas electorales recientes fueron escenario de descalificaciones entre los candidatos, sus partidos de origen y
sobre todo de los gobernantes que están terminando sus periodos. Con autoridades electorales omisas, miedosas y agachonas ante el poder de los gobernadores. 2. Los niveles de corrupción en la actuación de los gobernantes y sus aliados, es decir, contratistas y proveedores reales o simulados pero que han servido para saquear los recursos públicos a cambio de afectar las acciones de infraestructura, de servicios, de políticas públicas que demanda la sociedad, en algunos casos desde generaciones atrás, que se pagan con los recursos de los mexicanos pero que ha enriquecido de manera hiriente a unos cuantos que detentan el poder. Con sofisticadas fórmulas para robar los recursos de los ciudadanos por más que presuman el cumplimiento de la Normatividad y hasta se ofrezcan bobas y folklóricas declaraciones para ser investigados por la CIA o el FBI. Tan simple como entender que lo que no tienen los gobernantes es transparencia y honestidad, es decir, gobernantes sin ética, sin visión de servicio y sin capacidad para gobernar. 3. Las iniciativas de reformas constitucionales contra la sociedad. Una vez más el presidente no entiende que no entiende, parecía que tendrían asegurados los resultados de los procesos electorales y nuevamente subestimaron a la sociedad proponiendo cambios a la ley para dar cabida a lineamientos de ideología de género revestidos de políticas progresistas. Si desde el gobierno tuvieron interés en estudiar el tema sociológicamente, no revisaron las conclusiones. La sociedad decidió tomar su único espacio de expresión política, el que puede ejercer cada tres años, en el mejor de los casos, en el segmento de los que no fueron víctimas de la compra de votos se dio una reacción esperada pero no entendida por los partidos, entre el 10 y el 15% de los votantes decidieron manifestar su malestar, su coraje contra lo que está sucediendo en el país. Cambiaron el sentido de los resultados. ¿Cuál es la sorpresa?
Hasta la próxima PROSPECTIVA.
José Gerardo Mosqueda Martínez,
Presidente del Instituto de Administración Pública de Guanajuato
presidente@iapguanajuato.org, gmg@gerardomosqueda.com.mx
gerardomosqueda/ mosquedagerardo