El tiempo se terminó, el diálogo no.
Hasta este fin de semana le han funcionado las tácticas de confrontación y engaño de los integrantes de la coordinadora magisterial, no estoy seguro de llamarles maestros, no queda claro si son las bases magisteriales, si son contratados para las provocaciones, de quién vienen los patrocinios. Lo que sí está muy claro es que hay muertos, reprensión, confusión, destrucción del tejido social, hay miedo, la vida social de varios estados del país se encuentra en crisis.
En ciudades de 26 estados del país se han presentado manifestaciones contra la reforma educativa, desde luego que en diferentes intensidades, nada se parece a los hechos de Oaxaca, los bloqueos de Chiapas y Michoacán y Guerrero, será que las tácticas se aplican para no dejar pasar el ciclo escolar sin que se sienta el poder de llamar la atención de los mexicanos, como si no fuera suficiente la manipulación que existe desde que en el sexenio de Carlos Salinas se “confeccionó” el liderazgo de la maestra Gordillo para quitarle el poder del control magisterial a Jongitud… Casi 25 años han pasado y sigue creciendo la disputa por el poder y el dinero que se genera desde las estructuras corrompidas del sindicalismo magisterial.
Con este sindicalismo el gobierno federal siempre se ha puesto de acuerdo y siempre se han traducido los acuerdos en más poder, más dinero, más control político para el sindicato. Durante años estos factores los mantuvieron “unidos”, ahora los mismos factores los tiene confrontados. Da la impresión que las maniobras de desestabilización son para definir los precios de los acuerdos, hace diez años en Oaxaca, las movilizaciones se salieron de control, hubo represión, lesionados, un periodista extranjero muerto. Desgraciadamente no se aprendió la lección, ahora las tácticas son para provocar la confrontación con el gobierno.
Es decir, lograron pasar a la siguiente etapa: que los negociadores a nombre del ejecutivo comuniquen que se agotó la paciencia, que se acabó el tiempo, en efecto el daño que se ha provocado a las economías locales es severo y, una vez más, los ciudadanos tiene que pagar la incompetencia del ejecutivo para resolver los conflictos.
Es verdad que se agotaron los tiempos para los poderes, no sólo el ejecutivo federal, todos los poderes. La crisis es provocada por la clase gobernante, por su incompetencia, por su complicidad, por su ambición, porque sus prioridades no están enfocadas al servicio de la sociedad.
Hay confusión en la sociedad, hay hartazgo, hay una relación fracturada entre la sociedad y los poderes, la política no está resultando la vía de solución de los problemas que vivimos. A las condiciones de confrontación tenemos que agregar los altos niveles de afectación por la inseguridad que se vive en el país, las bandas de delincuentes actúan con la incompetencia de la fuerza de orden y en muchos casos con la protección de autoridades coludidos con los delincuentes, los escenarios se complican con un gobierno que desde las elecciones del mes pasado no logra salir de su espasmo y no comunica orden político, los efectos de las reformas han dejado sin margen de operación a un gobierno que tiene agotado su discurso político, que se aferra al efecto de unas reformas estructurales que ya se le salieron de control.
Al reducirse los espacios de negociación se está propiciando la reprensión como método de control político. Los gobernadores podrían ser un factor importante para reducir los efectos de una crisis que apenas inicia pero que evoluciona a velocidad cuando los indicadores económicos y de generación de empleo tienen signos negativos, un tercio de ellos no asume la responsabilidad y los que cambiarán en el 17 y 18 están ocupados en sus visiones miopes, evadiendo las dimensiones de la crisis, creyendo que sólo es un problema del ejecutivo federal.
El secretario de gobernación tiene razón; se agotó la paciencia… Pero la de los mexicanos. Como no se va a agotar si todos los días las autoridades de este país son materia para los medios de comunicación porque les descubren nuevas trampas, nuevas mentiras, nuevas acciones corruptas…
Recuperemos el diálogo político como instrumento eficaz para la acción política, se recupera con ética en la política, con acciones honestas, con visión de servicio a la sociedad, con autoridades competentes porque la mediocridad de los gobernantes también es una forma de corrupción.
Hasta la próxima PROSPECTIVA.
José Gerardo Mosqueda Martínez,
Presidente del Instituto de Administración Pública de Guanajuato
presidente@iapguanajuato.org, gmg@gerardomosqueda.com.mx
gerardomosqueda/ mosquedagerardo