Entre los muchos argumentos y respuestas a las interrogantes de los medios de comunicación, el ex-fiscal para delitos electorales Santiago Nieto prefirió “aventar la toalla”, dejar de cuestionar su destitución y salir del conflicto. Aunque sea por la puerta trasera.
“¿Qué fiscal y que fiscalía tendríamos si una persona se deja presionar por un escrito?”
Es la respuesta del fiscal (en ese momento) para delitos electorales a la carta enviada por Emilio Lozoya exigiendo que se le desvinculara de presuntos sobornos con la empresa Brasileña Odre Brecht. Todo está dicho: la empresa brasileña prefirió dar a conocer las cuantiosas negociaciones con gobiernos, empresas petroleras para-gubernamentales y otros influyentes de América Latina a quienes trató con sobornos de cantidades en millones de dólares. En ese contexto se encuentra en caso de Emilio Lozoya; solo que en este caso se trata de una carpeta de investigación que involucra los gastos de campaña del, ahora presidente de México, Enrique Peña Nieto.
¿Y las razones por las que renunció el procurador Cervantes, con el que se entendía muy bien el fiscal destituido?
No sabemos, por un buen tiempo, no lo sabremos; pero el caso del fiscal especializado en delitos electorales fue cerrado el día que se tendría que abrir.
Cuando todos los mexicanos interesados en el tema estábamos pendientes de saber las versiones de la destitución entre el encargado de despacho de la procuraduría general de la república y el fiscal destituido… pues resulta que siempre no. Santiago Nieto manda decir en una carta a la cámara de senadores que siempre no quiere saber porque lo destituyeron, que no quiere que se le restituya en el cargo y que el derecho que asiste a los senadores para vetar la destitución que ejerció, con pleno derecho, el encargado de despacho de la PGR, se quedará para otra ocasión; independientemente de que se siga el procedimiento para saber porque lo corrieron. Que cuento… ¿verdad?
Horas de entrevistas en medios de comunicación, el experto en derecho constitucional, explicó y explicó que no estaba de acuerdo con su destitución y por lo tanto acudía a la cámara de senadores, para que ellos ejercieran su derecho de veto, con lúcidos argumentos constitucionales, eruditas referencias al derecho constitucional, para llegar a la realidad : ¡ siempre no …!
El fiscal fue corrido, según la versión del encargado de despacho de la PGR por haber violado el código de ética de la institución.
“No hay condiciones para volver, aun obteniendo la votación de la mayoría de los senadores presentes”
“Imposible regresar con libertad de actuación “
Entonces en qué quedamos… siempre resulta qué hay poderes meta- constitucionales, que nadie sabe o quiere explicar, que dificultan la acción apegada a derecho, que orienta las opiniones a un poder político que está por encima de todo poder y que es mejor no desafiarlo….
Mientras tanto los poderosos políticos mexicanos no se ponen de acuerdo para tener un fiscal general, después de dos años de “poderosas gestiones” y ahora no hay poder que logre que el fiscal destituido no se sienta presionado…
Las cosas Kafkianas que suceden en el estéril juego de presiones entre los poderosos políticos mexicanos que no pueden cumplir y hacer cumplir la ley, que ejercen sus derechos acotados y que sin embargo dictan cátedra acerca del cumplimiento de la ley, del debido proceso y de la ética de las instituciones gubernamentales.
Hasta la próxima PROSPECTIVA.
José Gerardo Mosqueda Martínez,
Presidente del Instituto de Administración Pública de Guanajuato
presidente@iapguanajuato.org, gmg@gerardomosqueda.com.mx
gerardomosqueda/ mosquedagerardo