Acudí al festejo por el evento de ordenación como sacerdote de un joven leones, el padre Rigoberto. Vi tanto entusiasmo en las familias leonesas que le acompañaron, que me encadenó a otro evento de un joven que ha encontrado el camino hacia Dios, y que tiene que ver con otra familia de la capital del Estado, familias con valores.
Dije que Dios nos bendice al sumar a un nuevo sacerdote en León, a un padre joven, que a leguas se nota el entusiasmo y la felicidad por servir a Dios. Miguel Chico Rodríguez, seminarista que se prepara en España para seguir sirviendo a Dios, es otro ejemplo vivo del acercamiento de los jóvenes con Cristo.
El respeto a Dios, a la familia, al dios en el que tú creas, respeto a tu religión, a los maestros, a la autoridad, a las instituciones y a las familias, es el principio de una sociedad con valores.
Pero hay otros valores que también nos deben ocupar como el barrer el frente de nuestras casas, no tirar basura en las calles, contribuir con nuestras autoridades, saludar al vecino, decir gracias, respetar la diferencia de opiniones, de gustos, de géneros y transgeneros, todos, son valores comunes que debemos volver a practicar.
Si perdemos el hilo de la educación con valores cívicos, éticos, familiares, sociales, políticos, culturales, deportivos, estamos orillados a seguir sufriendo los efectos de la violencia que ya no respetan género, nivel social o económico.
La violencia todo lo destruye, pero no podemos culpar a un solo Presidente, a un Gobernador o a un solo Alcalde de los hechos violentos que se registran en nuestro país, estado o ciudad.
Por eso, estos dos casos de jóvenes creados en familias con valores, de León y Guanajuato, Rigo y Miguel, me han llamado la atención y son parte de mi comentario.
Termino entonces, con la siguiente reflexión sobre las palabras que ha hecho suyas el papa Francisco y que las comparte con el mundo, y en esta ocasión, las comparto para bendecir a Rigo y Miguel, a Carlos y José, a los jóvenes en cristo, a hijos y nietos y nietas, a la gente que me ve, escucha y lee:
“Cuando tocamos algo, dejamos nuestras huellas dactilares. Cuando tocamos la vida de la gente, dejamos nuestra identidad. La vida es mucho mejor cuando los demás son felices gracias a ti. Ser fiel a tocar los corazones de los demás es una inspiración. Nada es más importante y digno que la práctica de ser un canal de bendición a Dios.
Nada en la naturaleza vive para sí mismo. Los ríos no beben su propia agua, los árboles no comen su propia fruta, el sol no brilla para sí mismo y las flores no extienden su fragancia para sí mismas.
Vivir para los demás es una regla de la naturaleza. Todos hemos nacido para ayudarnos mutuamente. No importa cuán difícil es la situación en la que te encuentres, sigue haciendo el bien a los demás”. Hasta aquí las palabras del papa Francisco.
Y hasta aquí mi opinión en libertad. Hasta la próxima!!!!!!!!