Autoridades en dificultades.
Hace algunos años escuché que los buenos capitanes de barco se conocen en las aguas turbulentas, no en las aguas tranquilas.
Es un fenómeno generalizado, las autoridades civiles no parecen encontrar la puerta de salida y ante las dificultades sólo atinan a dar explicaciones, como si hubieran olvidado que los problemas son para resolverse, en otros casos prefieren dedicar sus discursos a definir a qué ámbito pertenece el asunto, antes que pensar en resolverlos y las más de las veces a ofrecer soluciones inviables pero que les permiten “salir del problema” sin comprometerse a nada en concreto.
En este caso podrían estar, sin temor a equivocarme, la mayoría de las autoridades electas, que ejercen sus funciones en los periodos vigentes de los tres órdenes de gobierno.
“Y que le vamos a hacer”, los ciudadanos los elegimos. Se han seguido todos los términos de los procedimientos electorales… El apego a los procedimientos no da como resultado autoridades con talento, con visión, con carácter. Solo da autoridades legítimas en términos democráticos.
Preocupados por no salirse de los acuerdos con el grupo que detenta el poder, dirigen sus administraciones con pasmosa lentitud de respuesta, cuidando no provocar el malestar de la autoridad superior. ( lo que cada quien quiera entender ). Mientras la sociedad afectada por el deterioro de su autoridad no tiene otra alternativa que esperar…
¿Cuánto hay que esperar? Los problemas que la sociedad padece por el crecimiento exponencial de la inseguridad, por la acción impune de los delincuentes, por la lentitud en resolver los servicios que demandan los ciudadanos, el número de pobres sigue creciendo y los funcionarios responsables de las políticas públicas siguen sin plantearse fórmulas que resuelvan.
La corrupción en las acciones de los que gobiernan, la incompetencia para asumir sus responsabilidades, la falta de imaginación para construir esquemas eficaces hacen más difícil encontrar las soluciones esperadas.
Por lo pronto las autoridades municipales en el estado están por cumplir con el 20% del tiempo que los ciudadanos les prestaron la responsabilidad, de los casi 1000 días ya se tomaron casi 180 y en el caso del estado más del 60%, donde ha prevalecido la comunicación de los recursos que se van a invertir pero no de los problemas que se resolvieron.
Una autoridad en dificultades significa una sociedad afectada por el retraso en las soluciones que demanda.
Hay una gran diferencia entre tener paciencia y esperar a que las autoridades dejen de lado su visión de gobierno narcisista y asuman sus responsabilidades con honradez y otra estar impaciente descontando los días para cambiar de autoridades. Tener que esperar a que haya soluciones siempre será mejor que esperar a que venga otro gobernante porque el actual no pudo.
Hasta la próxima PROSPECTIVA.
José Gerardo Mosqueda Martínez,
Presidente del Instituto de Administración Pública de Guanajuato
presidente@iapguanajuato.org, gmg@gerardomosqueda.com.mx
gerardomosqueda/ mosquedagerardo
