Guanajuato, Gto.; 12 de abril de 2019.– El aroma a hinojo inundó desde las primeras horas del viernes todo el jardín de la Unión y los pasajes que conducen a él entre arcos, fachadas señoriales y muros de piedra y musgo que hacen de Guanajuato un lugar donde las tradiciones platerescas se viven con los tintes de siglos pasados.
Entre manojos de flores cuyos pétalos abarcaron casi toda la paleta cromática, el presidente municipal, Alejandro Navarro Saldaña, renovó la tradición de regalar agua y nieve de sabores típicos en este jardín triangular para alegrar la festividad del Viernes de Dolores, una de las más vetustas y coloridas de Cuévano, ciudad llamada así en la literatura por su peculiar topografía que da la sensación de estar dentro de un canastillo.
Cerca de tres centenas de paseantes recibieron una rosa del alcalde Navarro, quien paseó por el mero corazón de la Ciudad Patrimonio junto con su esposa, Samantha Smith Gutiérrez, y el gobernador del estado, Diego Sinhué Rodríguez Vallejo, quien a la vez se hizo acompañar por la presidenta del DIF Estatal, Adriana Ramírez Lozano.
Entre el anochecer del jueves y el amanecer del sexto viernes de Cuaresma, más de 20 mil personas vivieron el encanto del Día de las Flores, el sinónimo festivo de la conmemoración de los Dolores, cuyos orígenes se remontan al apogeo minero de Guanajuato.
La Banda del Estado ambientó ésta, una de las escenas más representativas de la historia guanajuatense, desde ecos del siglo XIX los hasta una readaptación de ‘Eleonor Rigby’, una pieza contemporánea cuyas notas se entremezclaron con la algarabía de múltiples generaciones que, junto con el Alcalde y el Gobernador, disfrutaron del encanto guanajuatense de compartir alegría y regalar flores.