En el contexto de la promulgación del Plan B de la Reforma Electoral, se ha hecho notar la capacidad de Adán Augusto, su principal impulsor, no solo para dar un primer paso hacia una necesaria reforma del INE, un instituto claramente inclinado hacia la derecha, sino como la pieza fundamental para llevar a cabo los encargos del presidente y avanzar el proyecto de transformación. De cara al 2024 morena necesita un líder capaz, una autoridad moral que mantenga la unidad en el partido y el orden en el gobierno. Con la segunda intervención para modificar reformas institucionales, entre otros tantos encargos del presidente, el hoy secretario de Gobernación ha mostrado ser un digno heredero de la Cuarta Transformación, y un perfil que puede darle continuidad a las reformas y acciones que forman parte del proyecto de nación.